El miedo es una función necesaria para la persona, porque de alguna manera viene a proteger o a demarcar los peligros exteriores, a prevenirnos de ellos. También puede ocurrir que haya un miedo interno, cuya solución es la fobia. Son los miedos irracionales.

La inseguridad también está relacionada con el miedo, porque tiene que ver con ese momento en el crecimiento afectivo sexual de todas las personas en las que se ha de imponer una prohibición para constituirnos. Es necesario que se establezca ese límite interno, que esté puesto en su lugar. Siempre va a haber angustia ante la incertidumbre de lo nuevo, ante situaciones y personas, porque se repite de forma inconsciente, ese momento. Por eso es que nada se supera en el ser humano, sino que se incorpora.

La inseguridad emocional, la inseguridad en la pareja, la inseguridad en el trabajo, tienen que ver con la constitución infantil de la persona, porque en la vida siempre va a haber incertidumbre. Podemos estar repitiendo fijaciones anteriores y resolviéndolos con modelos infantiles. Cómo superar la inseguridad es el Psicoanálisis el que proporciona la clave, porque supone una transformación a nivel inconsciente, que es donde parten y acontecen realmente todas estas cuestiones que dificultan el transcurso normal de las funciones y del desarrollo de la persona.

Hay miedos comunes en todas las personas, como el miedo a la oscuridad, miedo a la noche, miedo a la muerte, a las serpientes... que pueden llegar a convertirse en fobia cuando generan angustia, resultan ser un miedo profundo, un temor exagerado.
Hay otros tipos de temores que no emergen en la persona sana y que se pueden instaurar como una fobia: agorafobia o miedo a espacios abiertos, miedo a las tormentas, fobia al ascensor, miedo a hablar en público, fobia social, miedo a la gente, fobia a los payasos, fobia a la sangre, miedo a las alturas, miedo a lo nuevo, miedo al coito, miedo a los animales, miedo a enfermar, miedo a la soledad, miedo a los vehículos de transporte (miedo al avión o fobia al avión, miedo a volar, miedo a conducir o fobia a conducir...)

Como vemos, hay diferentes tipos de miedo, pero lo que lo distingue de la fobia es que en la fobia es un miedo irracional, persistente, donde no concuerda el gradual de repuesta, de angustia, con la realidad del objeto o la situación. Además, pueden llegar a ser muy limitantes para la persona, teniendo que necesitar de un acompañante fóbico. Hay una serie de síntomas que pueden estar presentes, entre ellos la angutia como principal, que son los temblores, sudoración, vértigo, diarrea, ruidos, insomnio...

Desde el psicoanálisis no importa tanto el objeto que produce fobia, porque sabemos que, por un complejo mecanismo psíquico, es un miedo interior o miedo interno desplazado. Hay ciertos conflictos intrapsíquicos que se muestran en el exterior en forma de miedo irrracional. El miedo es real, pero no a ese objeto, por eso vemos que desde la razón es algo absurdo, pero que para el Psicoanálisis hay una traducción, un sentido.  Cuando uno se pregunta cómo se cura una fobia es fundamental la herramienta del psicoanálisis porque hay una escucha de la persona en su verdadera dimensión humana. Hay otras disciplinas que enfrentan a la persona a su objeto fóbico, originando más angustia y desplazando de alguna manera la raíz de su problema.

No solucionan verdaderamente, sólo maquillan una realidad que va a seguir manifestándose, si no se tiene en cuenta lo inconsciente del ser humano. Lo que realmente está en juego es que su deseo se pueda realizar, un deseo inconsciente que no conoce de él. El objeto fóbico es un dique de su miedo interior, porque del exterior se puede huir, pero de uno mismo no. El tratamiento de la fobia, cómo superar los miedos, ha de pasar por la escucha del Psicoanalista, un espacio para producir, de manera eficaz, la salud y la liberación en la persona.

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